por Rocío González Cabrera
La gravedad del asunto es que Televisa, así como la Coca-Cola, se ha vuelto un sustantivo común, adverbio, adjetivo, pues ya no se trata de “no prender la TV, perderte La Rosa de Guadalupe” y con ello estar a salvo de toda la basura que se te ofrece en los mejores atuendos y con las más refinadas artimañas. El Credo Televisa, se reproduce y mete, cual mugre, hasta el más recóndito de los espacios cotidianos, sean perceptuales, ideológicos o afectivos; porque ya no está ahí, sino en ti.
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Imagen: fotograma de la película El Santos contra La Tetona Mendoza.
Hace algunos días los twitteros propusieron una
cruzada nacional contra Televisa. Es fácil, simplemente no prendas la TV o, ya
si de plano no puedes contener las ganas, pues como todo vicio, actúa en tí
como si fueras un zombie sin voluntad alguna, préndele y ponle al concert channel. Puedes también, para
evitar la tentación, salir a caminar a la calle, llamarle a un cuate por
teléfono; en el mejor de los casos agárrate de un libro. Ya si de verdad, pese
a todo tu esfuerzo y voluntad, no lo logras, que te quede el consuelo que estás
a la moda: el suicidio mental es lo de
hoy.
La gravedad del asunto es que Televisa, así como la Coca-Cola, se ha vuelto un sustantivo común, adverbio, adjetivo, pues ya no se trata de “no prender la TV, perderte La Rosa de Guadalupe” y con ello estar a salvo de toda la basura que se te ofrece en los mejores atuendos y con las más refinadas artimañas. El Credo Televisa, se reproduce y mete, cual mugre, hasta el más recóndito de los espacios cotidianos, sean perceptuales, ideológicos o afectivos; porque ya no está ahí, sino en ti.
Caso ejemplar de esta capacidad de perenne
propagación, es el del imparable triunfo de la película que está en boca de
harto mexicano, para redescubrir, que la Telenovela, al más puro estilo
televisa llega a la Pantalla Grande
con la comedia dirigida por
Gaz Alazraki Nosotros los Nobles. Reconociendo que este hallazgo no implica
mayor descubrimiento, es importante resaltar la forma en que sucede semejante fenómeno; se coloca como la tercer
película mexicana con más espectadores según el Instituto de Cinematografía, ya
que, dentro del ranking de éxitos taquilleros cinematográficos, sólo se
encuentras por encima de ésta, Una película
de Huevos y El Crimen del Padre Amaro.
¿Cómo nombrar lo que viene a mi mente después de
haber visto este largometraje? Difícil decisión, pues me parecía padecer del
mismo mal que analizo, hacer un drama parecido y llamarle una “Auténtica Desgracia”
a este “éxito taquillero”, no obstante intenté pensar en otro adjetivo y no
logré sacarme “La Desgracia” de la cabeza; así que lo dejo. Se dice que sucede
una desgracia cuando ocurre un acontecimiento funesto. O se utiliza como
adverbio (desgraciadamente) ante
un hecho lamentable. De igual manera, sirve para nombrar, en tanto verbo
(desgraciar) aquello que se ha echado a perder, se ha dañado o estropeado, sea
de modo intencional o inintencional.
La trama inicia pintando fútil y lacónicamente la
vida de despilfarro e irresponsabilidad de 3 hijos (Barbie, Javi y Charly) de
un empresario millonario mexicano. La idea al inicio, si no original, al menos
es un buen intento por recrear una comedia. No obstante, no logra germinar y la
trama continua en decadencia, cliché tras cliché, mal logrados por cierto. El
Padre, obedeciendo al estereotipo más vulgar, es dibujado siempre ausente y
desentendido de los hijos, de hecho por casualidad nota los colosales gastos de
sus pimpollos, motivo por el cual decide “darles una lección de vida”, de tal
modo que cancela tarjetas de crédito, celulares, finge una infranqueable crisis
financiera que les obliga a refugiarse en una casa en condiciones deplorables y
por tanto, a trabajar por primera vez en sus vidas.
Y como en toda historia debe aparecer un villano
que tensione y anude la situación; eligen que ésta figura sea Peter, he ahí el
momento en que la historia, el guión y todo lo demás comienza cínicamente a
trazarse cuál telenovela de televisa. Peter es el novio seudo-españolete wannabe con quien Barbie se ha
comprometido, éste descubre el montaje ficticio del Padre y pretende chantajear
al acaudalado Noble.
Señalo ese preciso momento como el inicio del
irrisorio y patético drama telenovelesco porque el argumento bajo el cual Peter pretende amenazar a Don Germán
Noble, se sostiene y erige en la más típica Moral de la Telenovela Televisa:
arcaica y primitiva, aquella que se ancla en una actitud de culto y reverencia
al sufrimiento, autosacrificio, de mártir frente a las injusticias de la vida; el absurdo total. De ahí en adelante
todo diálogo y conducta de los personajes, no sólo se torna predecible sino
patoso, ya que sitúan a la audiencia del séptimo arte, en el mismo sillón desde
el que el telespectador mira la pantalla chica: rasgándose las ropas,
restregándose la cara, comentando, sea para sus adentros o con quien se
encuentre, que de verdad no puede creer lo que está pasando: el proceder de sus
personajes favoritos es inconcebible. Pese a
ello, y he ahí razón por la cual me parece una “lamentable desgracia”, pues se
trata de un verdadero éxito taquillero, siguiendo una lógica deductiva, se
continua rindiendo culto, y por tanto, venerando aquellos personajes que se
mantienen fieles a dicha Moral del Mártir.
Como lo he señalado desde el inicio,
el asunto a tratar aquí no consiste en mostrar que llega al cine una Telenovela;
la cuestión es: ¿Cómo es que una telenovela en el cine se acoge por la sociedad
mexicana de tal modo que se transforme en un rotundo triunfo? En
las páginas virtuales, en la radio, en diversos programas se recomienda
ampliamente este film, la gente comenta
“Está buenísima, tienes que verla”, “No, no es el cine crudo de siempre,
te pasarás un rato bien agradable”, “Me reí un montón”, “Da gusto ver como el
cine mexicano logra figurar en el mercado internacional”, etc.
La idea del film es interesante, ¿existen esos
personajes en la vida real? Por supuesto que sí, recordemos hace apenas unos
días, el incidente de la prepotencia y petulancia de Brendita la hija del
procurador Humberto Benítez Treviño (Profeco). De hecho, estoy segura que
podría crearse una excelente historia de humor negro, un relato que permitiera
pitorrearse del uso y abuso del poder, así como de las vicisitudes que se
enfrentan cuando éste se pierde. El mexicano, dicen, para eso se pinta solo. A
cambio, al ubicar como hiper-recomendable este film, se invierten las cosas, y
pareciera que los que se permiten pitorrearse de la ingenuidad, por no utilizar
el otro calificativo, son aquellos de siempre, los que pueden, los que tienen
el Poder y Control sobre la raza, la prole (sea wannabe, clasemediera o prole prole). Fernández Christlieb señala
que el Poder no sirve para que uno haga lo que quiere sino para que los demás
no lo hagan. Una vez más, los poderes fácticos siguen
triunfando y en nuestra propia cara se orinan de la risa que les producimos. Jis
y Trino atinadamente nos llaman Zombies de Sahuayo.
Es un hecho ineluctable que el Cine,
así como la pantalla chica, en tanto excelentes dispositivos de control, figuran
en el proceso pedagógico de masas, es decir, si bien lo hacen sigilosa pero
apabullantemente, participan
eficazmente del sistema educativo en México; basta checar los datos
ensordecedores de cuánto tiempo del día dedica en promedio un mexicano a
enchufarse a la TV, concretamente a Televisa y Tv Azteca con sus telenovelas y
reality shows. Claro está, no se trata exclusivamente de un asunto de cantidad,
pues no es sólo el tiempo que se le dedica a la caja embrutecedora, sea chica o
grande, sino a la esencia de las imágenes, historias y formas de pensamiento,
afectividad que se proyectan en dichos escenarios. Éstos contribuyen a la
reproducción de la estructura de las relaciones de poder y de las relaciones
simbólicas entre las clases, Bordieu le llamó Violencia Simbólica.
Hacia el final, estilo WaltDisney, de
la Telenovela-Televisa Nosotros los
Nobles, cuando, en el caso concreto de Javi, Barbie y Charly, nos muestran
cómo, cual cuento de hadas, logran escarmentar y transformarse en “Hombres y
Mujer de bien”, soltar el Poder y la lana para consagrarse a una vida sencilla
pero digna. No sólo insultan la condición precaria cognitiva, económica, laboral
y social, sino que les proveen del “dulcecito pal berrinche”, y
los Zombies que, al fin ingenuos, le apuestan nuevamente a todo, a lo que de
antemano está perdido. Inspiran ternura los que siguen creyendo que el sueño se
convertirá en realidad: El Ser Humano, finalmente se arrepentirá de ejercer el
Poder; sentirá culpa, vergüenza y se reivindicará por el camino del bien.
Nos debe quedar claro de una vez y por todas que
el Poder y el Capitalismo colapsarán debido a la misma estructura podrida que
los sostiene, no porque se tienten el corazón las cabezas que lo comandan y
poseen. Asentar la historia de los
Nobles, sobre la falacia trillada y quimérica de que quien ejerce el Poder del
dinero, puede ser tocado por una renovada, romántica y humana ética, es la
ficción más abyecta que nos propina ésta película.
¿Verdadera Desgracia, nos tragamos sin masticar
siquiera, la gastada fantasía de que los que ocupan el poder, los políticos, los
empresarios millonarios, la escoria, la verdadera plaga de esta sociedad tiene
conciencia Moral? Vengan a ver cómo hasta un Padre que caga lana con sus tres
juniors puede volver al camino del bien.
Imagen: fotograma de la película El Santos contra La Tetona Mendoza.
Comentarios
Fui a ver la película al cine. Yo con gusto hubiera apoyado al pequeño comerciante y a mi propia economía comprando pirata, pero me invitaron (dos veces) y fui (ambas) a ver la película. No puedo negar que iba con ganas de que fuera buena y con la cuasi-certeza de que no lo sería. En efecto cuando vi la profundidad (nula) de los personajes quede francamente decepcionada, porque no es sólo Peter quien tiene un nivel de abstracción, reflexión y simbolización completamente inverosímil, sino también los otros personajes. Creo que los únicos dos personajes con una mediana credibilidad en cuanto a la construcción son la "Nana-esclava" y su "Sobrino-prole", que son solidarios, un poco ingenuos y están ambos enojados por su situación, aunque poco hacen al respecto.
Sin embargo lo que me pareció aún más increíble, fue ver las entrevistas que les hacen a los principales: Gonzalo Vega, Karla Souza, Luis Gerardo Méndez, Juan Pablo Gil, Carlos Gascón y al director Gaz Alazraki; porque ellos hablan ahí de su percepción sobre la película y de sus respectivos personajes, así como de las razones por las cuales la consideran una buena película que hace una "crítica social" y prácticamente tiene una "lección de vida". Lo que no se si se dan cuenta es de hasta que punto ellos mismos hablan, se mueven y parece que también piensan tal y como los personajes de la película, a los que tanto critican y de los cuales hablan con condescendencia y algo de des-precio.
Otro punto interesante con esto del clasismo del que se manifiestan en contra, es que no he podido encontrar ninguna entrevista a la nana-sirvienta (ni siquiera referencias al nombre de la actriz), ni encontré ninguna entrevista sobre la película a Ianis Guerrero que hace el personaje del sobrino de la nana.
Por último quiero decir que si bien me parece que tiene algunas buenas puntadas (como por ejemplo que uno de los hijos Noble se queme al tomar la olla hirviendo con la mano desnuda), en lo general no me parece que tenga un humor magnífico ni muy complejo. Y me parece que el tema de la película, tanto como el desarrollo de la misma daban para más. Pero en efecto, estoy de acuerdo con que es otra telenovela de televisa, pero con menor duración y una trama menos dramática (aunque no por mucho).
Fui a ver la película al cine. Yo con gusto hubiera apoyado al pequeño comerciante y a mi propia economía comprando pirata, pero me invitaron (dos veces) y fui (ambas) a ver la película. No puedo negar que iba con ganas de que fuera buena y con la cuasi-certeza de que no lo sería. En efecto cuando vi la profundidad (nula) de los personajes quedé francamente decepcionada, porque no es sólo Peter quien tiene un nivel de abstracción, reflexión y simbolización completamente inverosímil, sino también los otros personajes. Creo que los únicos dos personajes con una mediana credibilidad en cuanto a la construcción son la "Nana-esclava" y su "Sobrino-prole", que son solidarios, un poco ingenuos y están ambos enojados por su situación, aunque poco hacen al respecto.
Sin embargo lo que me pareció aún más increíble, fue ver las entrevistas que les hacen a los principales: Gonzalo Vega, Karla Souza, Luis Gerardo Méndez, Juan Pablo Gil, Carlos Gascón y al director Gaz Alazraki; porque ellos hablan ahí de su percepción sobre la película y de sus respectivos personajes, así como de las razones por las cuales la consideran una buena película que hace una "crítica social" y prácticamente tiene una "lección de vida". Lo que no se si se dan cuenta es de hasta que punto ellos mismos hablan, se mueven y parece que también piensan tal y como los personajes de la película, a los que tanto critican y de los cuales hablan con condescendencia y algo de des-precio.
Otro punto interesante con esto del clasismo del que se manifiestan en contra, es que no he podido encontrar ninguna entrevista a la nana-sirvienta (ni siquiera referencias al nombre de la actriz), ni encontré ninguna entrevista sobre la película a Ianis Guerrero que hace el personaje del sobrino de la nana.
Por último quiero decir que si bien me parece que tiene algunas buenas puntadas (como por ejemplo que uno de los hijos Noble se queme al tomar la olla hirviendo con la mano desnuda), en lo general no me parece que tenga un humor magnífico ni muy complejo. Y me parece que el tema de la película, tanto como el desarrollo de la misma daban para más. Pero en efecto, estoy de acuerdo con que es otra telenovela de televisa, pero con menor duración y una trama menos dramática (aunque no por mucho).
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